miércoles, 25 de abril de 2012

El Dalí Gastroestético. Salvador Dalí y la Cocina

Excéntrico, polémico, surrealista, loco, egocéntrico, amante de él mismo,  Salvador Dalí (1904-1989). Definiendo el sentido de sus obras, son simplemente sueños, alucinaciones y fantasías que no existen más que en su mente y pensamiento. “He rechazado que siempre me comprendan. Ser comprendido es prostituirse.”

 La comida está muy presente en la vida de Salvador Dalí y sus obras, ya que adopta obras con símbolos característicos como son panes, huevos, carnes, pescados y quesos.

Dalí cataloga el hecho de comer como un conductor de vida, ya que él dice que cuando un hombre tiene el tenedor en su mano asocia todos los sentidos, pues las mandíbulas son el órgano más filosófico del hombre ya que entran en contacto con la vida real. Para Dalí siempre fue una obsesión , defiende una teoría la cual consiste en que cocinar y  pintar son artes afines, puesto que un pintor cuando crea una obra pone un poco de esto, un poco de aquello, y un poco de lo otro para así llegar a un resultado final y, cuando cocinamos, añadimos un poco de esto, un poco de aquello y un poco de lo otro para crear una obra que de vista sea apreciable y además que tenga buen sabor para despertar nuestros sentidos ( este es el reto de los cocineros).

Este amor por la buena mesa surge gracias a su padre, ya que con él daba grandes recorridos por todos los restaurantes de España para así conocer la vasta gastronomía de ese país. De ahí relacionamos que por fin a los 68 años haya sido considerado un genio. Realizó su obra llamada “Los Diners de Gala”, en la cual por primera vez confiesa que desde los 6 años quería ser cocinero. Este libro revela la visión teatral que Dalí tenia por la cocina y su gran fetichismo culinario. El libro se divide en 12 capítulos:

•    Platos exóticos
•    Huevos y crustáceos
•    Primeros platos
•    Caracoles con rana
•    Pescados y mariscos
•    Caza y aves
•    Cerdo
•    Vegetales
•    Afrodisiacos
•    Postres
•    Entremeses

Contiene también 55 recetas ilustradas a color, 21 de las cuales fueros elaboradas por chefs franceses.
La anécdota de donde surge el nombre del libro data de cuando Dalí asiste al restaurante Maxim’s donde se había elaborado una cena de gala en la Persépolis con el motivo del los 2500 años del Imperio Persa, este festín reunió a toda la realeza, jefes de estado etc., cuando Dalí comienza a leer el menú de la cena lo relaciona con el nombre de su esposa (Gala) y así es como se inspira para dar el nombre a su libo ´Les ´Diners de Gala.



En este libro Dalí inventa términos como gastroestética, justificándolo de esta manera: “Sólo me gusta comer aquello que tiene una forma inteligible”.
Una prueba más de su gusto por la gastronomía en sus obras, es aquella anécdota de los relojes blandos, en la cual dice que en una tarde con mucho sol, cuando meditaba, miraba el reloj, de repente volteó la mirada y vio unos quesos camembert derritiéndose, eso lo llevó a relacionar los relojes con el queso y el espacio melancólico de las rocas.

EL HUEVO

Para Dalí era símbolo de fecundidad, decía que contiene el germen del sujeto por nacer, decía que conecta con lo prenatal e intrauterino, esto simbolizaba esperanza ya que el huevo protege toda la potencialidad del ser humano “Niño geopolítico observando el nacimiento del hombre nuevo”, esto significa el hombre que rompe el huevo que es su propio pasado  para nacer nuevamente.
Por último, para Dalí el pan fue otro de los elementos importantes, ya que lo relaciona completamente con la parte espiritual y religiosa, lo toma como símbolo de pureza, ya que es de los únicos alimentos con más antigüedad y considerado como fruto de la tierra, trabajo del hombre y símbolo de la carne de Cristo.

El momento sublime donde Dalí posiciona el pan como elemento importante es en su obra “La Ultima Cena”, donde el pan toma un papel importante sobre el lienzo, ya que es el elemento puro en ese pasaje religioso. Tal vez fue coincidencia, pero la ciudad de Juda -lugar donde nació Jesús- significa casa de pan, también recordemos que el pan fue el elemento que Jesús multiplicó para dar de comer a miles de personas. Defiende también, que ningún pan debe partirse con cuchillo para no dañar su estructura, siempre debe partirse con las manos. Recordemos que Salvador Dalí era un hombre de fetiches, y uno de tantos era sobre las hogazas de pan, las cuales las relacionaba también con partes fálicas y así lo plasmaba en su obra, siempre un toque de erotismo.
Para concluir, se puede decir que el día de hoy, un personaje como Salvador Dalí podría ser el chef catalán Ferrán Adriá, catalogado como el Dalí del sabor, ya que Adriá posee un paladar psicológico, donde todo lo que combina con su boca y lengua le provoca una emoción o un recuerdo que plasma para luego causar una sensación en sus comensales. Lo más importante de Adriá y Dalí, es que no respetan reglas y lo ilógico es lógico para ellos.













Saúl Aguilar García
Chef de Banquetes Monte Cervino
 

1 comentario:

  1. Es un excelente ejemplar, yo poseo uno y su estado es impecable
    para informacion: elis342@hotmail.com
    Venezuela

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